Puede
que James Cameron tenga bien ganada su reputación de mala bestia, pero
ni siquiera él se atrevió a sumergir a Leonardo DiCaprio y Kate Winslet
en las aguas del Atlántico Norte. Ahora bien: por más que la secuencia
más trágica de su blockbuster romántico se rodase en una piscina de
plástico, el agua estaba realmente helada, y la actriz británica pasó
las de Caín por culpa de las bajas temperaturas
El barco más grande a veces no lo parece tanto. Set de filmación de Titanic.
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